La cruda realidad
LA RULETA
Este es el gran secreto que esconde la ruleta, pero que en realidad está a la vista de todo los jugadores. Cualquier persona que supiese analizar de una forma fría, y totalmente objetiva la secuencia podría verlo. Pero el jugador busca en la secuencia producida por la caída repetida de la bola, el equilibrio. De la misma forma que cualquier persona en la vida, en la que todos buscamos un bienestar basado en la previsibilidad de los acontecimientos futuros, sobre los que podamos planificar nuestros actos. Ello nos proporciona tranquilidad. Y cuando surge un imprevisto lo aceptamos y actuamos en consecuencia. Es en este punto donde reside la gran diferencia. En la ruleta, mientras se produce ese relativo equilibrio todo va bien, el jugador se siente satisfecho viendo como aumentan sus fichas. Pero cuando se produce un desequilibrio, el jugador se resiste a aceptarlo. Y si el desequilibrio se prolonga más allá de lo que él considera razonable, le afecta profundamente.Y es que la secuencia de la ruleta, como la vida real, está llena de periodos de equilibrio, entre los cuales se intercalan inesperados y grandes, muy grandes DESEQUILIBRIOS. Estos desequilibrios desconciertan de tal manera al jugador que pierde su hasta entonces calmada forma de jugar, y se convierte en víctima de la rueda. Frases como "es imposible que salga la primera docena por sexta vez consecutiva", "diez negros seguidos, por fuerza ha de cambiar a rojo", o "llevo 100 jugadas apostando a los vecinos del cero, parece como si la bola pasara por encima de ellos..." Personalmente he visto salir la primera docena siete veces consecutivas, repetirse un mismo color más de 20 ocasiones, una intermitencia de 21, el cero CUATRO veces consecutivas, y uno o determinados números pueden estar más de 500 jugadas sin aparecer.
Como he explicado anteriormente, en el infinito las Leyes de la Probabilidad y la Lógica matemática se cumplen, pero no sucede lo mismo en cortos espacios de tiempo, en los cuales los desequilibrios pueden llegar a ser muy, muy profundos. El jugador se asombra, y se resiste a aceptarlos. Intenta jugar "contra la ruleta", en lugar de "unirse a la secuencia". Y estos períodos de desequilibrio le destrozan, provocando la pérdida de todas las ganancias acumuladas pacientemente durante los anteriores periodos de equilibrio.Durante estos periodos de "equilibrio" la bola ha repartido su caída de una forma totalmente aleatoria. En ocasiones estos periodos pueden alargarse en el tiempo, y le dan al jugador una falsa sensación de seguridad. La BANCA se dedica a una táctica de espera, sin importarle que el jugador le vaya quitando lentamente una mínima parte de su capital, ya que sabe que tarde o temprano, una secuencia adversa se lo devolverá con creces, dejando KO al jugador. El 99% de los sistemas fracasan, aunque sean ingeniosos, debido a que las secuencias adversas hacen que el jugador arriesgue sumas desproporcionadas con respecto a sus módicas ganancias (o se vean superados por el límite máximo)La imprevisibilidad de la secuencia desconcierta al jugador y no se da cuenta de que él entra en una pequeñísima parte de una secuencia global. Y en este pequeñísimo espacio de tiempo, quizás 25 – 50 jugadas, después de siete series de 2 encadenadas, puede aparecer una serie de catorce repeticiones, o 9 alternancias de color. Todo el mundo se asombra, pero es real. Si EL JUGADOR está apostando a la repetición del color, la serie de 9 alternancias se le llevará sus ganancias, y le ocurrirá lo mismo cuando aparezca la serie de 14 repeticiones si está jugando al color contrario. Pero, en ambos casos, porque intentará recuperar las pérdidas aumentando las apuestas.MI CONCLUSION es que hay tres formas de jugar a la ruleta (en las suertes sencillas) y sólo una es válida.La primera OPCION es jugar con un valor de apuesta inalterable. De esta forma ya hemos visto que la banca tiene su pequeña pero inexorable ventaja matemática.La segunda OPCION es aumentar las apuestas con la intención de acortar el tiempo de juego necesario para recuperar las pérdidas. Es una opción inútil, ya que SIEMPRE se presentará una situación adversa que obligará al jugador a apostar todo lo ganado anteriormente, más sus fondos iniciales. La banca anula el riesgo de encontrarse con un jugador que pudiese ir doblando la apuesta, o aumentándola indefinidamente, estableciendo un límite máximo. Normalmente y siguiendo las normas de la ruleta francesa o europea, este límite es de 540 veces la apuesta mínima. En la práctica, usando un sistema que explicaré más adelante, tras la décima jugada el jugador ya no podría seguir doblando.La TERCERA opción. Actuar como se actúa en la vida real. Cuando uno se encuentra en dificultades se vuelve más prudente. En la ruleta hay que actuar igual.Pero la teoría es muy bonita. Cuando se lleva a la práctica, el jugador puede cerrar ciclos cortos de ganancias, pero cuando se encuentra con una situación adversa en la que las jugadas contrarias superan ampliamente a las favorables, ve como la banca le va quitando poco a poco sus fichas. Con grupos aislados de jugadas favorables no consigue cerrar el ciclo, y las pérdidas van aumentando, lenta pero inexorablementeHemos llegado a un punto de inflexión muy importante. Se entiende el porqué de las situaciones que vivimos diariamente alrededor del tapete verde, en cada giro de la ruleta. Por qué ¿qué jugador es capaz de dejarse quitar lentamente sus fichas por la banca, en ocasiones durante dos días o más, a la espera de un grupo ganador que le devolverá el dinero perdido? Desconociendo "cuando" aparecerá... La respuesta es sencilla, SOLO UNO DE CADA CIEN, y siempre que no acabe perdiendo el control.Es importante comprender que el jugador va al casino para ganar, no para perder. El jugador va a pasar un buen rato. ¿De qué forma? Ganando, sintiendo esa fantástica sensación de ver como su dinero se multiplica...La contradicción es evidente, por una parte quiere pasarlo bien, pero sabe que si no se controla acabara perdiéndolo todo. Por otra parte, si quiere ganar sistemáticamente ha de seguir un plan cuidadosamente calculado, y no distraerse lo más mínimo. Deja de ser una diversión, se ha convertido en un trabajo. Pero no un trabajo fácil, las situaciones que se encontrará son extremadamente duras psicológicamente, y pueden acabar perjudicándole también en el aspecto físico. ¿Alguien hablaba de dinero fácil?COMPROBADO: El 99% de los sistemas fallan porque hay un momento en que obligan al jugador a desembolsar una gran cantidad de dinero para recuperar sus pérdidas. En este punto vemos otro detalle fundamental, el jugador no concibe marchar del casino habiendo perdido una parte de sus fondos iniciales. El jugador necesita cerrar el juego siempre con ganancias, y eso es lo que le conduce a la larga, a la bancarrota.Por ello no encontrará un sistema que le diga, "puede perder un día o dos, pero al tercero ganará seguro". El jugador quiere oír las frases milagrosas detalladas con anterioridad. Y ello sería cierto en todos los sistemas, si añadieran la coletilla "durante un determinado periodo de tiempo", mientras la situación aparecida sea propicia. Pero toda situación tiene su vertiente contraria, y cuando ésta llega, volvemos al tema del desembolso exorbitado que supera las ganancias "temporales".Finalmente, es totalmente lógico y de sentido común pensar, "si alguien tiene un sistema que permite ganar sistemáticamente, ¿porqué debería explicarlo? En el 95% de los casos, la respuesta la encontraríamos en los grupos 2 y 3 de la pestaña INTRODUCCION: buscando jugadores nuevos y desinformados (incautos) Pero siempre puede haber una excepción.