La psicología del jugador
EL JUGADOR
El juego guarda una gran similitud con el mercado de valores. Los que hemos profundizado en él, sabemos que está manipulado por una serie de traders (con grandes inversores detrás), que mueven el mercado a su antojo. Ellos no se quitan el dinero unos a otros, sino que se nutren de los nuevos pequeños inversores que cada día entran en él, soñando con multiplicar fácilmente su capital. Pero, a diferencia del casino, en el mercado de valores no le dicen a uno que se va a hacer rico en poco tiempo. Cuando lo han hecho, se les ha condenado por estafa.
Siguiendo con el ejemplo del mercado de valores, un trader explicaba su teoría sobre los motivos por los cuales un pequeño inversor perdía rápidamente sus ahorros. La regla del 90-90-90. En los primeros 90 días, el 90% de los inversores pierde el 90% de sus ahorros. Contaba que el hombre está preparado para sobrevivir en el mundo, en el medio, se adapta a los cambios, aprende de los errores, pone remedio a las situaciones graves, etc. Un ejemplo: Una persona se corta en un brazo, no es un corte profundo, ni muy grande, pero empieza a sangrar abundantemente. ¿Qué hace? Desinfecta la herida, se pone una venda, se aplica un torniquete si es necesario. O acude a un centro hospitalario para que le pongan una serie de puntos. Y con ello corta la hemorragia.
Pero el ser humano no está preparado para sobrevivir económicamente. En la bolsa, un pequeño inversor ve como sus acciones van perdiendo valor poco a poco. O en un día negro, lo hacen bruscamente. Sus ahorros de cinco años, han quedado reducidos a la mitad en tres semanas. Le entra el pánico y piensa, “voy a perderlo todo”. Cuál es su reacción? Cortar la hemorragia. ¿Cómo lo hace? Vendiendo sus acciones. Ha perdido.
Ahora veamos cómo actúa el jugador de ruleta. Ha comenzado con 50 fichas de 20 euros. Tiene un “sistema”. Pacientemente va colocando su apuesta jugada a jugada. Pero la suerte no le acompaña. Ve como la ruleta le va quitando poco a poco las fichas. Con diversas oscilaciones, al cabo de hora y media le quedan poco más de la mitad, 29. De su salario, que acaba de cobrar, 1,000 euros, ahora sólo le quedan 580. Está nervioso, sus pensamientos son, "¿voy a tener que esperar otra hora y media para recuperar? Eso en el mejor de los casos, ¿pero, y si sigue la racha negativa? "¡Voy a quedarme sin un centavo!". Quiere cortar la "hemorragia..." La reacción lógica sería dejar de jugar, pero no concibe volver a casa habiendo perdido 420 euros. Poco a poco va formándose en su mente la idea, "si aumento las apuestas, con sólo cuatro o cinco jugadas ganadoras podría recuperar gran parte de lo que he perdido..." Aumenta la apuesta a 40, y pierde. Resultado: le quedan 540 euros. Se siente muy contrariado. Su pensamiento siguiente es: “si apuesto todo a una jugada, y gano, recupero todo lo perdido, y además me llevaré 80 euros de ganancias” En esos momentos no cabe en su mente la posibilidad de perderlo todo, quiere acabar con esa lenta agonía, y sentirse vencedor. Apuesta las 27 fichas al color rojo. La bola después de muchos rebotes, y saltar del 32 pasando por encima del cero, acaba cayendo en el 26 negro.
Esta situación que acabo de narrar no es totalmente ficticia. La he observado en innumerables ocasiones. Una vez conseguido el objetivo de ganancias, mi hobby preferido ha estado observar la actuación de "algunos jugadores". Enseguida se les detecta, lo llevan escrito en la frente: "dentro de una hora lo habré perdido todo". Puede parecer un poco soberbio por mi parte, pero no exagero en absoluto al decir que cualquier jugador que apostase a la inversa de cómo lo hace alguno de estos, acabaría multiplicando sus ganancias.
Este jugador es de los muchos que, aun teniendo un sistema que le puede permitir enfrentarse con ciertas garantías a la ruleta, pierde su serenidad, y se salta las normas que él mismo se había impuesto anteriormente. Con apuesta de 25 €, en ocasiones puede encontrarse a +375. Ha comenzado con 500, y es un rendimiento del 75%. En lugar de retirarse sigue jugando, y una simple racha de 5 jugadas negativas consecutivas (-25-50-100-200-400) se le lleva todas las ganancias, y su fondo inicial. Hay jugadores que tardan menos, otros más, pero, y esta regla es general para todos, su energía, su capacidad de resistencia, y el aplomo con que ha comenzado el juego, son indirectamente proporcionales al tiempo que permanecen en la sala.
Es muy importante entender el factor de que el jugador va al casino para pasarlo bien, y ganar. Y este hecho conlleva el no saber abandonar la sala habiendo perdido sólo una parte de sus fondos. Cuando pierde no se divierte. Pero esperar a que termine la mala racha también "se convierte" en una obligación. Cuanto más tiempo lleve jugando, más pesada le resultará esta tarea. Resumiendo, cuanto mayor sea el tiempo que lleva jugando, más expuesto esta a PERDER EL CONTROL.
Usted sabe que trabajando 40 horas semanales, a final de mes recibirá un sueldo X fijo. Usted soporta situaciones adversas diariamente en su trabajo, pero ocurra lo que ocurra, al cabo de 30 días recibirá X euros por cada hora trabajada. Cuando conozca en profundidad todos los ítems de la ESTRATEGIA, a usted sólo le habrá de importar saber que ganará una ficha por cada 4 - 5 apuestas efectuadas. Aproximadamente cada 10 minutos de juego efectivo. Si usted no es capaz de abstraerse, de la misma manera que lo hace en su trabajo diario, de las incidencias temporales, y concentrarse en ese rendimiento (a largo plazo), no intente desafiar a la máquina, olvídese de la ruleta y DEDIQUESE A OTRA COSA.