Una historia de ficción - SecretWheel

LOS NARCOTRAFICANTES DEL JUEGO. COMO VENCERLOS
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Una historia de ficción

EL CASINO > Publicidad engañosa

LA FICCION HA DE PEDIR, EN MUCHAS OCASIONES, PERMISO A LA REALIDAD, PARA SUPERARLA

Barcelona, un día cualquiera en pleno verano. Un joven de 18 años sale de su casa después de comer. Coge el metro para ir al final de la Calle Marina, tocando a la playa. Ha quedado a través de internet con una chica. Son las 6 de la tarde. Recibe un whats: “llegaré en quince minutos”. No le importa esperar porque tiene un agradable presentimiento, aquella cita será diferente a todas las demás, y pasea por delante de las tiendas de "souvenirs". A su derecha observa la multitud de embarcaciones amarradas al puerto. Llega hasta el PANS & COMPANY, y decide volver sobre sus pasos. Cuando está llegando a la parada de taxis, un anuncio luminoso le llama la atención. “Hay 7,350 millones de habitantes en el mundo, y vuestros caminos se cruzaron, tu ya naciste ganando”. Es un anuncio del Casino de Barcelona. Cuando iba a mirar con detalle los diferentes mensajes, oye una voz femenina que le llama: “¿Eres David, no?, hola soy Eva…”.
  
David se despertó al día siguiente con agradables sensaciones. Había sido un flechazo. Eva era realmente encantadora, muy femenina. A pesar de que solo habían intercambiado algunos apasionados besos, tenía la certeza de que había encontrado a su media naranja. Los dos habían sentido lo mismo al cruzarse sus miradas. Inmediatamente le vino al pensamiento aquel anuncio que parecía haber sido una premonición. TU YA NACISTE GANANDO… ¿Y si fuera cierto? Había intuido que la cita sería muy agradable ¿Y si poseyese un don que le permitiese adivinar cartas, o quizás en la ruleta, la caída de la bola? Tenía entendido que había una clase de apuesta en la que el riesgo era mínimo, y las probabilidades de ganar prácticamente del 50%.
  
Aquella misma tarde se presentó en el casino. Qué amabilidad al crearle la ficha de cliente. ¡Vaya ambientazo! Y todas las chicas luciendo vestidos cortos o trajes ceñidos. Cambió 100 euros en fichas de 10, y se acercó a una mesa de ruleta. Miró el marcador, seis números negros consecutivos. Le pareció ver como en la jugada siguiente aparecía reflejado el color rojo. Puso una ficha en el triangulo rojo. El croupier le advirtió que la apuesta mínima eran 20 euros. Añadió una ficha. La bola, rebotó en tres ocasiones antes de caer en el numero 23. Una sensación increíble le subió desde el estómago, ¡había ganado! Volvió a mirar el marcador e intuyó que veía el cambio al color negro. Deslizó las dos fichas hacia su derecha. Dos minutos después la bola caía en el numero 6. Aquello era fantástico, podía adivinar el color de la jugada siguiente, era verdad, ¡había nacido con ese don, había nacido para ganar!
  
Cinco años más tarde David volvía a entrar por la puerta del casino. Su relación con Eva había durado escasamente dos meses. Había tenido dos relaciones más, pero cuando descubrían su adicción al juego le abandonaban. Había dejado los estudios, malvivía en un piso realquilado, había robado y perdido los ahorros de sus padres. y actualmente tenía deudas por valor de 60,000 euros. Ya no tenía amigos a quien pedir prestado. Acababa de vender su moto por 200 euros. Hoy sería su día, el principio de una nueva etapa. Lograría controlarse, y esperar que llegara su hora. Cuarenta y cinco minutos más tarde perdía 90 euros. No había manera.  Miró el marcador de una ruleta contigua, ¡una racha de 6 números negros! era su momento. La bola había sido lanzada. A empujones consiguió abrirse paso entre los jugadores. La croupier deslizaba las manos por encima del tapete: “no va más...” Colocó los 110 euros en el triángulo rojo. La croupier miro interrogativamente al jefe de mesa que se encogió de hombros y asintió.  Antes de que pudiera mirar hacia el cilindro David oyó la voz de la chica: “17, negro, impar y falta”.
  
Esta historia de ficción pero que se repite muchas veces en la realidad, representa un cambio en la vida de miles de personas. Los casinos, con sus mensajes fraudulentos, actúan directamente sobre el subconsciente del individuo. Esta persona, sobre la que influyen con "mensajes claramente falsos", quizás no hubiera entrado en el casino a lo largo de toda su vida. Quizás nunca hubiera sido adicto al juego.

ELLOS consiguen crear enfermos de una adicción que provoca daños profundos en la vida de esta persona, y de todo su entorno. Y aunque se trate, esta adicción puede perdurar durante toda la vida.


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